domingo, 21 de agosto de 2016

Pavel Schilling



Pavel Lvovich Shilling -Kanshtadt

 Pavel Schilling, un diplomático de la actual Tallinn, Estonia, desarrolló un telégrafo electroquímico en 1812. Le mostró su trabajo al zar Alejandro I, pero el líder ruso tenía una gran desconfianza de la tecnología, y Schilling pasó a otro trabajo.
Luego, en 1820, el físico danés Hans Christian Oersted descubrió que una corriente eléctrica puede inducir un campo magnético. El informe de Oersted desató una furia de descubrimiento. En una década, Oersted, Johann Schweigger, André-Marie Ampère, Michael Faraday, William Esturión y otros científicos hicieron avances significativos en la comprensión del electromagnetismo.
En la década de 1830, Schilling probó suerte con un telégrafo de nuevo, pero esta vez  utilizó electroimanes para desviar agujas, que señalaban símbolos o letras para comunicar un mensaje. Presentó su invento a las reuniones científicas en Bonn y Frankfurt. En 1836, el nuevo zar, Nicolás I, pidió a Schilling construir una línea telegráfica entre edificios imperiales en San Petersburgo, Rusia.
Schilling murió en 1837 a la edad de 51 antes de comenzar a trabajar en las líneas de San Petersburgo. Sin embargo, un inglés llamado William Fothergill Cooke vio una copia del telégrafo de Schilling, y comenzó a trabajar en un modelo mejorado. En 1837, Cooke y Charles Wheatstone solicitaron una patente en Inglaterra por su telégrafo, que también funcionaba con agujas. Mientras tanto, en Nueva York, Morse estaba perfeccionando su telégrafo con la ayuda del maquinista Alfred Vail y los profesores Leonard Gale y Joseph Henry.

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